El otro día conversaba con un colega de España. En menos de 3 minutos de estar conversarsando, ya me dolía el abdomen de tanto reír. La cuestión es que, por supuesto la novia es húngara y por supuesto la suegra es húngara. Y claro, ya yo escribí acerca de las suegras húngaras. Aquí tienes el enlace por si no lo has leído:
Como tradicionalmente se hace en Hungría, él asiste todos los domingos al almuerzo familiar, donde por supuesto, la suegra se comporta como una muy buena suegra húngara. Este compañero mío ya está automatizado y no se ha ni sentado en la mesa y ya está diciéndole a la suegra: “finom, nagyon finom, Úúúúr Isten, ez fantasztikus, nagyon, nagyon köszönöm hogy ennyire finomat főzött nekünk”. […]